Este fin de semana comenzaba el Proyecto Torre dos Mouros, Los Bañales sigue viento en popa, Córdoba sobrevive pese a los recortes, pero la crisis y El Pais atacan a la arqueología púbica. Acabo de ver la noticia en Facebook a través de Xurxo Ayán y no podía menos que declararle unas palabras a Rafa y a la defensa de lo que hace y espero que siga haciendo; Arqueología y pública.
Cualquiera diría que somos amigos de la infancia, pero seguramente no he estado con él más de dos horas. Sin embargo, tenemos amigos comunes y mucho antes de conocerle ya sabía de él más que de muchos compañeros con los que he pasado meses trabajando. Pero aquí quiero hablar de lo que trato de hablar siempre, arqueología pública. Antes de que la llamásemos así también en España (si es que ya la llamamos así), él ya la practicaba.
El proyecto no tiene nada de heterodoxo... un grupo de arqueólogos y un grupo de peones que reciben formación práctica y sacan adelante el trabajo. El problema, una denuncia de un 'grupo' de profesionales y el CIG, sí, ese sindicato que vendió al sector en el convenio galego.
Según leía la noticia me acordaba de las excavaciones comerciales con un auxiliar y una docena de peones (africanos, que a penas hablaban español y ni siquiera sabían qué significaba la palabra arqueología), de las campañas de verano con una docena de estudiantes que no sabían coger un pico y de los campos de trabajo en los que jóvenes de toda condición, pero sin formación, pagaban por mover tierra. Nadie se quejaba y ahí nadie aprendía, nadie socializaba la arqueología y tan solo unos pocos ganaban dinero. Pero aquello estaba bien, no era un peligro para el patrimonio... todavía hoy la Comunidad de Madrid vende que hay 100 investigadores en Santorcaz y eso que la gran mayoría son estudiantes en prácticas que sólo van a mover tierra.
Cada día me crispa más este sector... hundiendo a la gente con iniciativa y una idea social de la arqueología mientras engrandece a incompetentes. Cada día me crispa más una prensa que ignora los problemas del sector, pero publica otros que no existen (esta semana para Prisa con este caso y el de Las Pedroñeras en Ser).
Pero es en estos momentos en los que nos tenemos que afirmar en nuestro trabajo, seguir luchando por una arqueología pública y no permitir que se maluse nuestro nombre. Rafa, ánimo y ni caso.
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