¿Es esto sólo un «Hasta Luego»?

¿Es esto sólo un «Hasta Luego»?

El 2 de mayo de 2014 doy por finalizado este blog. Ya no habrá más actualizaciones. Los que me seguís ya sabéis donde encontrarme. Muchas gracias por estos años. El que me encuentre ahora, no tardará mucho en encontrarme de nuevo.
Bye bye

21.2.11

Un adelanto...

DISCURSO – 22 febrero 2011 Librería Traficantes de Sueños

(Jaime Almansa parafraseando el discurso de los Goya de Alex de la Iglesia)

Hoy estamos aquí porque, hace casi cuatro años, un grupo de amigos se juntó en una asociación que buscaba mejorar las condiciones de la arqueología en nuestra comunidad en medio de una crisis, que no era nada comparado con lo que tenemos ahora. Quiero empezar esta comunicación felicitando a los fundadores de AMTTA.

En los últimos años hemos sido muchos los que nos hemos apuntado, nos hemos ido y hemos vuelto, hasta que hoy, una docena de compañeros intentamos seguir adelante con los proyectos que nos ilusionaron a todos en este mismo lugar allá por 2007.

Hoy, el primero de ellos, el convenio, está más cerca que nunca. Por ello, mientras las aguas siguen su cauce nos hemos comenzado a centrar en los otros… el apoyo al desarrollo profesional de nuestro colectivo y la difusión de nuestra profesión.

Las Jornadas que comienzan esta tarde son la mejor prueba de ello.

Antes de continuar con el tema que nos ocupa hoy, quería hacer un pequeño comentario. Todos los que hemos formado parte activa de esto hemos tenido que presenciar situaciones y comentarios desde el propio colectivo que considero son injustas. No entraré al tema, pero sí citaré una frase William Penn atribuida a Abraham Lincon que deja clara nuestra postura:

Sólo tiene derecho a criticar, quien tiene la voluntad de ayudar

Desde AMTTA estamos abiertos a la crítica constructiva que podréis plantear en cualquiera de las reuniones. Cuanta más gente colabore, mejor.

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Mi conferencia de hoy trata sobre nuestra responsabilidad con la sociedad, una sociedad que siempre ha sido el fin de nuestro trabajo aunque nunca nos hayamos dado cuenta. Nuestro trabajo no tiene ningún sentido hasta que una familia visita un yacimiento, o su web, un niño estudia una novedad en la escuela o se coloca una cartela en un museo. Si no creamos conocimiento o ese conocimiento no llega a ningún lado, nuestro trabajo no tiene sentido y jamás debemos olvidar eso.

Hace 25 años, quienes se dedicaban a nuestro oficio jamás hubieran imaginado que hoy se llevarían a cabo casi 1000 intervenciones anuales en nuestra comunidad y la casi totalidad sería desde el ámbito privado.

Tampoco se habrían imaginado que hacer arqueología iba a ser sinónimo de sellar documentos administrativos en los que la investigación o el conocimiento no tenían demasiada cabida.

Pues bien, hoy, la arqueología es eso. No toda, gracias a Dios.

En todos estos años, uno de los principales problemas que hemos tenido, además de las pésimas condiciones laborales que hemos contribuido a asentar, ha sido la progresiva pérdida del reconocimiento social. Hemos perdido a nuestro público, el que nos da sentido, el dueño de nuestro trabajo.

Tenemos que pensar en nuestros derechos, por supuesto, pero no olvidar nunca nuestras obligaciones. Tenemos una responsabilidad moral para con el público. No se nos puede olvidar algo esencial: hacemos arqueología porque los ciudadanos nos permiten hacerla, y les debemos respeto y agradecimiento.

Estamos atravesando una profunda crisis, crisis entendida como cambio hacia peor. Pero debemos atravesar otra, esta vez entendida como cambio, radical, a un modelo diferente. Cambio significa acción y en nuestro caso acción social. Ahora tenemos la oportunidad de actuar y no podemos desaprovecharla.

Ese público que hemos perdido se siente desatendido y estafado por una profesión que le interesa, pero no puede disfrutar en toda su extensión. Y como nosotros no le atendemos, se refugia en el mercado de la arqueología alternativa, donde toda su imaginación y ganas de participar se hacen realidad. Pues bien, debemos recuperarlo, porque la arqueología no necesita aderezos y tiene el potencial para convertirse de nuevo en una actividad socialmente comprometida que forme parte de nuestra sociedad sin la corrupción de la economía, la política o la carnaza de los medios.

En la conferencia de hoy profundizaremos en este tema como preludio a lo que van a ser las próximas semanas, donde tendremos la oportunidad de difundir un poco de arqueología entre el público y otro poco entre los profesionales.


Mañana, martes 22 de febrero a las 19:30 h. en la librería Traficantes de Sueños, la conferencia completa ARQUEOLOGÍA + ACCIÓN SOCIAL = RESPONSABILIDAD


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