¿Es esto sólo un «Hasta Luego»?

¿Es esto sólo un «Hasta Luego»?

El 2 de mayo de 2014 doy por finalizado este blog. Ya no habrá más actualizaciones. Los que me seguís ya sabéis donde encontrarme. Muchas gracias por estos años. El que me encuentre ahora, no tardará mucho en encontrarme de nuevo.
Bye bye

15.2.11

¿Dije epílogo? Quise decir prólogo


En la última entrada me desahogué un poco a costa de Egipto. Se me escapó un leve 'Hawass dimisión!' y hoy los arqueólogos egipcios (parece que los jóvenes) lo están pidiendo a gritos por fin. Piden reformas laborales y la posibilidad de un trabajo digno. Hasta aquí nada raro.


"My heart is broken and my blood is boiling. I feel that everything I have
done in the last nine years has been destroyed in one day, but all the
inspectors, young archaeologists, and administrators, are calling me from
sites and museums all over Egypt to tell me that they will give their life
to protect our antiquities. Many young Egyptians are in the streets trying
to stop the criminals."

Estas son las palabras del Ministrísimo Hawass en su página personal. ¿Estarán esos arqueólogos dispuestos a dejarse la vida por él? Parece que no.
De cualquier modo, esta entrada responde a las ganas de abrir la boca que se me quedaron esta mañana en la discusión-online de un amigo (Carlos, gracias por obligarme a reflexionar, otra vez).

"Pues libre eres de reflexionar todo lo que quieras. Yo también soy arqueólogo, egiptólogo y trabajo sobre el terreno desde hace muchísimo tiempo, y te garantizo que no tengo absolutamente nada de lo que avergonzarme. Más bien al contrario. En ningún momento estoy hablando de un panorama idílico, ni mucho menos. Yo soy consciente de que se vivía bajo una dictadura militar. he vivido bajo ella y la he sufrido, y eso que nunca se me ha tratado mal, he sido un privilegiado. Pero puedo hablar de primera mano (no por compañeros que han excavado en Egipto) y responder de mi trabajo. Tal vez los que estáis pecando de idílicos sois vosotros. Hoy en día dejar la Egiptología en manos de los egipcios sería como decir que África fabrique sus propios ordenadores en vez de importarlos de Japón porque son quienes tienen los mayores recursos para esta industria. Hoy, a día de hoy, Egipto no tiene el conocimiento científico suficiente ni los recursos técnicos y económicos como para hacerse cargo del control, gestión y protección de su patrimonio (para ejemplo no hay más que visitar el museo de El Cairo, y compararlo con las condiciones del British, o del Museo de Berlín). Ahora bien, estoy completamente de acuerdo que Egipto debe ser, con el tiempo, centro neurálgico de los estudios de Egiptología. Pero no confundáis libertad política con ciencia: las mejores excavaciones en Grecia no las dirigen griegos, ni las mejores excavaciones en Turquía las dirigen turcos..."

Tito Vivas firma el susodicho, y espero que no represente al común de los arqueólogos que trabajamos en el extranjero. Desde luego, a mi no, aunque me temo que a la mayoría sí. Creo que sus palabras lo dejan todo claro y no necesitan explicación. Es más, ni siquiera voy a entrar al trapo.
Simplemente quiero reflexionar sobre algunos aspectos que se tratan desde la perspectiva de un arqueólogo que trabaja en el extranjero e intenta salir de ese círculo colonialista y retrógrado en el que se mueve el patrimonio.
Hoy me voy a intentar centrar y por eso iré respondiendo a unos puntos concretos:

1. ¿Qué es el Colonialismo?
Para los que no se avergüenzan de su forma de trabajar o no son conscientes de ello... Cuando yo, españolito, me voy a Etiopía a trabajar, tengo todas las papeletas para actuar desde una perspectiva colonialista. El privilegio de ser blanco en un país de negros lleva a cuestiones positivas como el criterio de autoridad per se, lo que te coloca por encima de los demás. Esta situación no sólo se da con académicos y expertos reales, sino con cualquiera. Y así, un médico español al que le gusta el patrimonio puede excavar en países africanos sin demasiadas dificultades. Etiopía tiene una afrenta bastante positiva contra la corrupción y aunque haber casos los hay, lo normal es estar frente a algunos técnicos competentes y otros con profundas carencias que hacen lo mejor que saben. Esto nos lleva al paternalismo (que no es más que otra faceta del colonialismo) por el cual, si ellos no pueden, lo hacemos nosotros. Nuestra labor no debe ser la de hacer el trabajo que ellos no hacen, sino la de capacitarles para que lo hagan sin nuestra ayuda. Y mientras la necesiten, actuar junto con ellos, de tal modo que no seamos más que un apoyo que ellos solicitan. La cooperación (postcolonial) consiste precisamente en la capacitación y la asistencia desde una perspectiva de igual a igual en la que tengan la capacidad de exponer y aplicar sus propias ideas. Imponer nuestros modelos de desarrollo y de gestión no tiene sentido. Si hoy no tienen los profesionales, algún día los tendrán. Mientras tanto, cualquier actuación sobre su patrimonio debe permanecer bajo su control y con su participación.

2. ¿Qué es el Patrimonio?
Es un invento burgués occidental que se ha exportado al mundo como una forma más de dominación, esta vez cultural. Desde la UNESCO se impone como universal algo que afecta sólo a las clases cultas, acomodadas y occidentalizadas de cualquier país, desde España a Vanuatu. No se tiene por que negar la buena voluntad de 'la Lista' por la preservación del patrimonio, si bien ha terminado siendo un elemento más de la globalización más insostenible. El patrimonio, lejos de ser un valor de identidad se ha convertido en un valor económico vinculado al turismo y de este modo pierde todo su significado. Este resultado lleva de nuevo al colonialismo, y yo, españolito, me voy de vacaciones a Etiopía a ver a gente curiosa y edificios antiguos que aparecen en la lista. El turismo cultural etíope es totalmente insostenible y no tiene demasiados beneficios para el país más allá del Estado, Ethiopian Airlines y alguna gran compañía turística. O cambiamos el modelo (desde nuestra propia responsabilidad como turistas en países en desarrollo) o fomentaremos la dominación perpetua con nuevas formulas de colonización económica y cultural. Como arqueólogos debemos ayudar a los países en desarrollo, llámese Etiopía, Egipto o Madagascar, a emanciparse de las tendencias internacionales lideradas por la UNESCO (única aspiración que tienen) para reapropiarse su patrimonio y gestionarlo conforme a sus propias reglas y pareceres. No siempre lo que nosotros decimos es lo mejor. Y como prueba, buscar en mi archivo de blog las entradas sobre Lalibela o Malta.

3. Trabajar bajo regímenes cuestionables.
Lo normal cuando trabajamos en otros países fuera de Europa es encontrarnos con regímenes dictatoriales, totalitarios, pseudo-democráticos, corruptos o peor. Eso no debe ser un escollo para continuar con el trabajo, pero hay que tener en cuenta dos factores fundamentales:
-No somos entes objetivos aislados de la realidad local. Debemos tener una implicación activa en la promoción de un pensamiento crítico y libre. Es el mismo sentido que debemos seguir como arqueólogos. Puede que nuestro radio de afección sea corto, pero cerrar los ojos y mirar hacia otro lado no es una opción. Igualmente, debemos fomentar la buena gestión y evitar participar de determinadas prácticas. Si las condiciones no son aceptables es preferible no trabajar a traicionar nuestros principios éticos y fomentar determinadas actitudes.
-Nuestra posición de privilegio dentro del país puede ser usada como una herramienta de cambio. Hay regímenes en los que no se puede interferir, normalmente son zonas de riesgo para la seguridad y no se suele trabajar en ellos. Así está bien. Otros, aún a sabiendas de su dudosa legitimidad tienen cierta permeabilidad que puede ayudar a cambiar pequeñas cosas. Como muestra YO (para qué poner otro ejemplo). Etiopía es un país en el que los técnicos del Ministerio cobran un extra por proyectos extranjeros en los que están obligados a participar, además de una cuota por los permisos. Eso no es malo, simplemente una forma más de financiación. Al fin y al cabo somos extraños en tierra ajena. La diferencia está en el rol de esos técnicos dentro de los proyectos, ¿observadores o miembros activos? En nuestro equipo, y puedo decir que en los otros dos equipos españoles que trabajan allí en la actualidad, los técnicos se integran como miembros activos que participan del proyecto a todos los niveles, e incluso lo continúan por sí mismos. Desde hace un tiempo trabajo también por libre y además de fomentar programas de concienciación sobre el patrimonio con gente local, he llegado a trabajar con formulas de participación de igual a igual en las que ellos desarrollan los proyectos que quieren emprender y yo sólo les doy las herramientas teóricas y prácticas que necesitan. Se establecen relaciones laborales limpias en las que los investigadores locales contratan servicios específicos para complementar sus carencias. Además, la promoción de programas de capacitación en la gestión y las ayudas a la educación crean esa base de pensamiento libre que puede cambiar cosas a medio plazo. No necesitamos fomentar una revolución, pero podemos ayudar a que se de el cambio, al menos en nuestra pequeña parcela de acción.

4. La independencia y autosuficiencia de 'esos'.
Una de las cosas que más me chirría es que un arqueólogo español se vea con potestad y autoridad para decir que los griegos o los turcos trabajan peor que él. Este punto es en alusión directa a Tito Vivas. España hasta hace 50 años no sabía qué era la Arqueología, la mayoría de españoles siguen sin saberlo con corrección (doy fe) y en estos últimos años se está empezando a desarrollar una verdadera arqueología profesional (en el sentido de buena) de la que podemos estar orgullosos tanto por técnica como por teoría. Nuestra misma proyección la han tenido los griegos y hoy son precisamente las misiones extranjeras las peores del país. En Turquía el modelo de gestión es totalmente diferente y la capacitación profesional se sigue desarrollando hoy. No me cabe la menor duda de que en pocos años sobrarán los extranjeros en Turquía. En Egipto ha sido la prepotencia de las misiones extranjeras la que hace que muchos profesionales egipcios no puedan ejercer con libertad. Me consta que hay grandes profesionales egipcios con una capacidad sensacional para gestionar su patrimonio sin que los egiptólogos extranjeros les dicten las líneas. ¿Son suficientes? Es posible que no, pero tienen todo el tiempo del mundo para alcanzar la autosuficiencia.
Las razones ultracolonialistas que se aluden en el comentario son las mismas que han llevado al British a ser lo que es, un almacén de expolios internacionales con afán de museo universal. En la sala de Neolítico sólo hay dos piezas de fuera de las islas... para esa época llegaron tarde, qué pena que a los 'arqueólogos' del XIX y principios del XX que viajaban fuera no les interesaran más que las grandes culturas.
Si no lo pueden conservar, pues que se pierda. Es suyo, no nuestro. Y si lo quieren conservar ya encontrarán la manera. Al fin y al cabo tienen más medios de los que tenía Inglaterra en 1900.

En conclusión, espero que Hawass dimita, que las nuevas generaciones de arqueólogos tomen el control de la gestión. Que controlen la intervención extranjera, cambien los modelos de turismo hacia algo más sostenible. Y en definitiva que se apropien de lo que les pertenece. Que las misiones extranjeras sigan, con cuotas y relaciones de igualdad. Que se fomente la profesión, con un formación de calidad y una práctica ética. Y que el que se pique, ajos coma.

5 comentarios:

Olalla dijo...

Las mejores excavaciones en Grecia no las hacen los griegos, porqué? eso me pregunto yo despues de estar en Grecia y ver gente preparadisima sin trabajo.
Quizas no las hacen ellos por que no les dejamos, o no les dejan. Solo un par de las grandes excavaciones permiten que los arqueólogos griegos formados en Grecia trabajen en ellas.
Claro que en hay diferencia entre lo que encuentran unos y otros... tan clara es la diferencia como que hay bastantes más posibilidades de encontrar algo revolucionario en la acrópolis que en campo de un pueblo perdido...

Jaime Almansa Sánchez dijo...

La pregunta es: ¿Las mejores excavaciones son esas?
Siempre identificamos 'mejor' con grade o famosa. Las mejores no son las famosas, las hay muy buenas y no las conocemos.
En Turquía, la mejor es Çatal Huyuk, la mejor de Turquía y del mundo. Ahí trabaja gente de muchos sitios, también de Turquía. Hay otras buenas de menos nombre en las que participan turcos, como por ejemplo la que hubo del puerto en Estambul. Pero claro, los que salen en la tele no son ellos normalmente.

Jaime Almansa Sánchez dijo...

Por cierto, con respecto a la frase de la importación de ordenadores, creo que lo he dejado caer a lo largo del texto, pero la analogía no es válida.
África puede y debe importar del extranjero lo que no tiene, faltaría más. Pero las misiones arqueológicas extranjeras no son una importación de servicios, son una intervención.
Para que veáis la diferencia:
-Proyecto normal > Equipo extranjero viaja a Etiopía, se le acopla un etíope y se va a trabajar donde le da la gana haciendo lo que le da la gana, eso sí, con permiso de la administración. Los resultados sólo sirven para mejorar el CV de los investigadores extranjeros. Salvo casos contados, normalmente en paleoantropología, el etíope ni firma ni aparece.
-Mi participación en un proyecto > El yacimiento de Melka Kunture y el gobierno regional Oromo contratan los servicios de JAS Arqueología para una asistencia técnica en la preparación y gestión de elementos de un proyecto de Arqueología Pública que ellos no saben llevar a cabo. Ellos firman, ellos ejecutan, yo asisto en lo que me piden.
Eso es importar ordenadores de Japón.
Las misiones extranjeras serían como si los japoneses obligaran a África a tener ordenadores.

Anónimo dijo...

Al final entras al trapo y te poner el discursito: "todos sois coloniales menos yo, todo es malo menos lo que yo hago".

El etiquetador que te desentiquete buen desentiquetador será.

Jaime Almansa Sánchez dijo...

Hola anónimo. Firmarme, por favor, que no me gusta hablar con las paredes.
Creo que no me he etiquetado en ningún sitio como NO-COLONIAL. Supongo que mi única diferencia es que soy consciente de cuándo estoy siéndolo y por qué. Además de tratar de buscar formulas un poco más sostenibles cuando tengo libertad para hacer mi trabajo.
Hay mucha gente que trabaja infinitamente mejor que yo. La cosa es que con ellos no suelo entrar al trapo. Aquí he entrado porque creo que Carlos es uno de ellos y me apetecía reflexionar.
En fin, que yo también soy colonial, pero un colonial diferente y consciente. Y además me encanta que me etiqueten, tengo problemas de autodefinición.