¿Es esto sólo un «Hasta Luego»?

¿Es esto sólo un «Hasta Luego»?

El 2 de mayo de 2014 doy por finalizado este blog. Ya no habrá más actualizaciones. Los que me seguís ya sabéis donde encontrarme. Muchas gracias por estos años. El que me encuentre ahora, no tardará mucho en encontrarme de nuevo.
Bye bye

8.10.10

Arqueología reaccionaria...

Esta tarde, gracias al pasatiempos Facebook. he estado discutiendo (en el sentido bueno de la palabra) sobre un grupo que clama por una arqueología 'sensata' pero resulta más insensato que la propia arqueología tal y como la conocemos.
Cualquiera que haya seguido desde hace tiempo este blog es consciente de mi desarraigo (e incluso desprecio) con respecto a ciertas 'instituciones' entre las que se encuentra la Academia. Pero a la vez intento abanderar un movimiento por la arqueología de calidad y pública.
Al igual que pasa con el arte, en ocasiones la arqueología ha sido objeto de una vuelta de tuerca de más que roza la agresión intelectual. Pero ni es toda, ni tan siquiera la mayoría... ni puede que tanta. Yo soy el primero que se espanta con los últimos trabajos ultrasubjetivistas de Hodder o que no es capaz de leer determinados trabajos. Sin embargo, algo que debemos tener muy claro es el 'respeto' (entendiéndolo como dejar hacer, no como callarse).
El asunto, es que ante la ARQUEOLOGÍA que se desarrolla en determinados ámbitos académicos ha surgido una arqueología con pretensiones desde mercado privado. Las diferencio con mayúsculas y minúsculas para reproducir una situación aparente que para nada comparto, pero que puede ser útil para entender las siguientes reflexiones.
Entre estas, una arqueología especialmente reaccionaria que reniega de la ARQUEOLOGÍA.
1. Sobre las mayúsculas... Como siempre las cosas no son blancas y negras. Hay ARQUEOLOGÍA que no merece las mayúsculas y arqueología con mayúsculas. Pero sobre todo debemos definir de un modo claro qué es la Arqueología y qué esperamos de ella. Para determinados campos como el de la interpretación, es la Academia quien tiene el mando. Y creo que a pocos les hará dudar la idea de una superioridad abrumadora en el campo por parte de la Arqueología Comercial. A mi me gusta definir una Arqueología que cumpla con tres requisitos: Un trabajo de documentación bueno, una interpretación lo más clara posible sin que ello se tenga que interponer con las ideologías (un buen registro deja la interpretación en un segundo plano) y un compromiso público declarado y activo. Son pocos los proyectos que cumplen esas tres premisas por lo que podríamos dejar las mayúsculas y las minúsculas para la escuela.
2. Sobre la sensatez... ¿Es sensato convertir la arqueología en una mera técnica? El nombre del grupo es algo así como 'Por una arqueología sensata' y lo que denuncian es básicamente que se ha perdido el norte con el patrimonio, la arqueología contemporánea y la filosofía. Por supuesto, el giro postprocesual ha tenido sus cosas positivas y sus... mejor no decir nada. Pero eso no significa que la arqueología se tenga que reducir a zanjas e informes, porque si precisamente de algo debemos escapar es de eso. La sensatez no reside en dejar de volverse loco intentando desentrañar las relaciones socio-sexuales de los antiguos bretones con sus cabras, o de Hodder con sus cabezas de toro. La sensatez, a mi modo de ver, está simplemente en ser capaces de racionalizar nuestro propio trabajo.
3. La reflexión... A tres días de la tarde en la que empecé a escribir esto (suelo hacerlo del tirón, pero han sido unos días complicados), he visto muchas cosas y he leído muchos comentarios. Hay quien habla del 'Archaeo-British Tea Party' y quien lo ve como otro de los efectos respetables de nuestro bagaje filosófico. Yo por otra vez, seré un poco más radical en la crítica para evitar que movimientos como este surjan también aquí en España (si es que no los tenemos ya asimilados).
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Después de leer todos los comentarios del grupo llegué a la conclusión de que partía de un montón de chavales que supongo que habrán terminado sus respectivas carreras frustrados por haber llegado a la universidad sin poder entender lo que leían. Pero claro, es que en muchos casos era difícil de entender gracias a esos otros que lejos de frustrarle y dedicarse a escarbar, se dedicaron a malutilizar conceptos y bajar el listón de las dos últimas aventuras amateur de la arqueología: la teoría y el patrimonio. Supongo que todo este proceso responde al perfil más contemporáneo de la ciencia... un nivel inalcanzable de prestigio contra una infinidad de recursos totalmente faltos de crítica. Hoy está de moda hablar de patrimonio y se apunta hasta la ministra de defensa (que por lo menos sabía algo más que la de cultura). Nos falta profesionalidad, pero también en el campo con informes vacíos de contenido y un registro mermado por las prisas y los 'requerimientos'.
La arqueología no es meterse en la cata, excavar y rellenar unas fichas. Tampoco es sentarse delante del perfil e interpretar desde el punto de vista de las lombrices las relaciones entre los estratos. O no es solo eso.
Entonces, ante la frustración de un mercado que se desmorona, de una teoría que no se sustenta y de un sistema que no tiene ni pies ni cabeza la solución no reside en cerrarse en la técnica como arqueólogos reaccionarios y rechazar todo lo que no venga del suelo. Consiste en continuar forjando nuestra capacidad crítica hasta que seamos capaces de separar morralla como esta entrada de lo que de verdad no sigue siendo útil para entender nuestros contextos y alcanzar nuestros objetivos. Ni todo vale porque sí, ni todo nos vale a todos.
Pensamiento crítico contra la tontería, la simplificación y el resto de nuestros fantasmas.

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