Resulta que ahora que hasta en Utah se están modernizando y hablan de "Diseño Inteligente" en vez del clásico "Creaccionismo" ahora estamos empezandonos a plantear esos problemas en España...
¡Por Dios! Nunca mejor dicho... si todo el mundo sabe que quien nos dotó de inteligencia fueron los extraterrestres.
Dejando las bromas a un lado y sin ánimos de ocultacionismo o complot. La religión es una invención humana que responde a nuestra necesidad de responder a las preguntas que no podemos responder. Hay quien tiene dos docenas de dioses en su entorno porque la tierra en sí es sagrada y hay quien sólo tiene uno. Con la complejidad de las sociedades productoras llegó la figura estamental del sacerdote como vínculo entre el pueblo y los dioses. Obviamente cuando se alcanza una couta así de poder, ese poder no cae en saco roto, y otra de las principales características de la humanidad aparece. La codicia. Los poderes que comenzaron siendo simplemente religiosos se tornan en políticos y por tanto la religión también. Así se llega a un control estatal de la sociedad que no nace de la necesidad del pueblo de elegir a un lider, sino de la imposición religiosa establecida con el paso del tiempo. Mantenerla es cuestión de la mejor de nuestras caracterísitcas, la violencia, que unida a la codicia da lugar a las guerras, que curiosamente aun hoy siguen con un cierto trasfondo religioso.
En resumen, Dios no existe, o al menos tal y como nos lo imaginamos los supuestamente cristianos y el resto de las religiones. Y desde luego, si existe y nos creó, se está riendo de nosotros.
Durante la Edad Media muchos teólogos trataron de probar la existencia de Dios por medio de diferentes premisas. Yo no voy a desmentirles, pero si es infalible y perfecto, nosotros somos la viva prueba de que no nos creó, porque somos el animal más estúpido e imperfecto del mundo.
Foto: Ramón, El País 12-01-08
2 comentarios:
Qué bien suena todo por aquí, muchacho.
Si dios existe que se manifieste ya, por favor, que los ateos tenemos muy mala prensa (inmerecida).
Déjalo, que lo mismo nos manda otro diluvio y a ver qué hacemos...
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