Ya va siendo hora de volver a la teoría...
Aunque aún hoy sigue habiendo una gran cantidad de investigadores fascinados por los grandes yacimientos y los grandes hallazgos, el panorama comienza a cambiar hacia lo que debería ser nuestra preocupación principal, conocer mejor como vivían nuestros antepasados y hacérselo saber a los demás.
Obviamente mentiría si dijera que no nos gustaría encontrar algo grande o que no nos emocionamos cuando aparece un cacharro bonito, pero esa no es la parte importante.
Como comentaba el otro día en una clase Dominic Powlesland, lo único que nos dicen los hallazgos aislados de "tesoros" que llegan a través del PAS, es que hubo gente viviendo en Inglaterra hace muchos años. Y eso ya lo sabemos. Siempre pongo el mismo ejemplo, pero a efectos de información, nos puede llegar a decir más una semilla que un caldero de oro. Y eso solo se consigue con una buena documentación arqueológica.
Entonces, ¿qué es lo que nos importa? El contexto... se está terminando la arqueología que buscaba muros y cacharros. Ahora buscamos formas de vida, paisajes, entornos, en definitiva, el cómo, no el qué. Por ello es tan importante recalcar el tema del expolio con los detectoristas (y otros que no necesitan detector), porque destruyen lo que de verdad nos da información. Una moneda sirve para datar, pero si se destruye el registro de su entorno, ya solo sirve para venderla en el mercadillo de Aranjuez.
El mejor ejemplo práctico lo tenemos entre el Paleolítico y la Edad de Hierro. Es posible que sepamos más sobre la forma de vivir y de pensar de una persona que vivió en el Paleolítico que de una persona que vivió en la Edad del Hierro, porque para esta última nos hemos dedicado en exclusiva a recojer espadas, sacar muros y leer fuentes clásicas, en vez de preguntrnos qué hacía todo eso allí.
Se está reescribiendo la Prehistoria y lo peor de todo es que a pesar de la información que tenemos ahora harán falta muchos años y un fuerte cambio de la mentalidad para llegar a algo concreto.
5 comentarios:
Es obvio que se está produciendo un "cambio de paradigma" en todas las disciplinas de Humanidades. En los estudios de Literatura, por ejemplo, ya no se insiste en los datos meramente positivistas, sino en el contexto socio-cultural que circunscribe a la obra. Vamos, que un libro antiguo informa de nuestro pasado igual que un yacimiento arquológico.
Creo que el cambio en la perspectiva metedológica impulsaría el desarrollo de las Humanidades, por fin. ¿Lograremos algún día que se reconozca su mérito igual que el de las ciencias positivistas? hummmmm, no sé; al ser humano le gusta lo científicamente demostrable, y sin margen de error.
El día que la gente se de cuenta de que 2+2 no tienen por qué ser 4 y que la mitad de las "verdades" científicas no lo son... El día que lean a Popper y a Lakatos... perdón... el día que lean... igual tenemos suerte y nos valoran...
Pero bueno, el coordinador de humanidades del CSIC es un hacha y seguro que adelanta algo en lo que esté ahí.
"Solo cuando la ciencia sea vista como una institución social - con preocupaciones sociales - por la inmensa mayoría de la población, y no únicamente como algo bueno que no se sabe muy bien qué hace y quienes la practican, será posible emprender la tarea de una cultura de la alfabetización científica eficaz" (Polino 2000, 61)
Polino, C. 2000. El último eclipse total del sol del milenio: Ciencia e ignorancia científica. En Divulgar la Ciencia. Actas de las XIV Jornadas Internacionales de la Comunicación. Pamplona. Ediciones Urate, 53-62
Por ciencia entendemos todo... ¿es posible?¿es al menos imaginable?
"El lema según el cual lo que no aparece en los medios no existe, ha hecho que cualquier investigador deba necesariamente pasar por ellos incluso para ser conocido en el ámbito académico" (Caspístegui 2000, 24)
Caspístegui, F.J. 2000. ¿Historia divulgada, historia traicionada? En el mismo que antes...
Conclusión, tenemos que tomar los medios, pero no como hasta ahora con Dragó, Benitez & Co. sino con programas atractivos que hagan de verdad a la gente ver el valor de las humanidades y de la ciencia en general... pero bien.
"OIGA, SEÑORA, ¡QUE 2+2 SON 5!"
Me encanta la teoría de la Sinergia. Y la reivindico para las Humanidades.
Besos, besos.
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