En las películas estamos acostumbrados a ver a los arqueólogos como personas valientes e inteligentes que se enfrentan a peligros innumerables, maldiciones y demás en busca de grandes tesoros y civilizaciones perdidas.
En la calle estoy acostumbrado a ver a esas mismas personas, valientes e inteligentes enfrentándose a los peligros de una obra insegura, la maldición de unas condiciones laborales pésimas y otras muchas cosas en busca de un trabajo que les llena y que llena los almacenes de los museos de cacharros que a la hora de la verdad no se van a aprovechar.
Por eso este post va dedicado a todos y todas los que mañana van a pasar frío, calor, lluvia y otras inclemencias de la vida, porque ellos son verdaderos superhéroes y no como los de las películas.
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Y en especial a una que mañana volverá a pasar frío detrás de una máquina
2 comentarios:
Es un bonito homenaje, sí.
Supongo que nos lo merecemos, o más bien se lo merecen que yo hace ya unos meses que solo paso frío camino de clase.
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