Unas entradas más abajo escribía que la Arqueología Pública tiene que ver con todo y tal vez sea porque principalmente tiene mucho que ver con la política y política es todo.
Con esto no me refiero solo a esa definición clásica de política por la que afecta a todas las relaciones sociales que tenemos día a día, sino al verdadero sentido de la política actual, que queramos o no, lo controla todo directa o indirectamente... Es duro, pero es verdad (discrepad, por favor).
Así pues, uno de los principales focos en los que se centra la Arqueología Pública es en las relaciones entre Arqueología y Política que no son pocas y que van enlazando con otros temas candentes. ¿A dónde nos llevan esas relaciones? Desde cuestiones de identidad nacional hasta la falta de una titulación específica de grado. Todo, en definitiva. Política es la subvención pública de proyectos, interactuar con la gente en un museo o no encontrar una villa romana donde no debe haberlas pero las hay. Política es realzar el valor de un yacimiento arqueológico porque representa los valores de un estado, los libros de texto, los presupuestos del Ministerio de Cultura o la adjudicación de permisos. Es ésto y mucho más... pero claro, tampoco es sólo política, es también identidad, economía... TODO
Y lo peor de todo es que la regularización de todo el sistema que rodea la Arqueología depende de esas relaciones.
Lo primero que hay que tener en cuenta cuando entramos en este juego es que las cosas no son blancas y negras, ni siquiera grises. Que no se va del punto A al Z pasando por el B y el C y el D y el E... ni siquiera en desorden.
El cúmulo de relaciones que la Arqueología guarda con la Política no es bilateral, sino que está relacionado con muchas más cosas, no es simple, sino que depende de asuntos que están fuera de nuestro alcance, o que al menos no nos tocan directamente y desde luego no es fácil de entender... Es como si cogieramos dos docenas de hilos, los atáramos y enredáramos sin sentido y después los volviésemos a enredar. Arregla eso... ¿es imposible? No, ¿es fácil? Ni mucho menos, ¿hay que intentarlo? Por supuesto.
Habrá que irlo desenredando poco a poco.
Con esto no me refiero solo a esa definición clásica de política por la que afecta a todas las relaciones sociales que tenemos día a día, sino al verdadero sentido de la política actual, que queramos o no, lo controla todo directa o indirectamente... Es duro, pero es verdad (discrepad, por favor).
Así pues, uno de los principales focos en los que se centra la Arqueología Pública es en las relaciones entre Arqueología y Política que no son pocas y que van enlazando con otros temas candentes. ¿A dónde nos llevan esas relaciones? Desde cuestiones de identidad nacional hasta la falta de una titulación específica de grado. Todo, en definitiva. Política es la subvención pública de proyectos, interactuar con la gente en un museo o no encontrar una villa romana donde no debe haberlas pero las hay. Política es realzar el valor de un yacimiento arqueológico porque representa los valores de un estado, los libros de texto, los presupuestos del Ministerio de Cultura o la adjudicación de permisos. Es ésto y mucho más... pero claro, tampoco es sólo política, es también identidad, economía... TODO
Y lo peor de todo es que la regularización de todo el sistema que rodea la Arqueología depende de esas relaciones.
Lo primero que hay que tener en cuenta cuando entramos en este juego es que las cosas no son blancas y negras, ni siquiera grises. Que no se va del punto A al Z pasando por el B y el C y el D y el E... ni siquiera en desorden.
El cúmulo de relaciones que la Arqueología guarda con la Política no es bilateral, sino que está relacionado con muchas más cosas, no es simple, sino que depende de asuntos que están fuera de nuestro alcance, o que al menos no nos tocan directamente y desde luego no es fácil de entender... Es como si cogieramos dos docenas de hilos, los atáramos y enredáramos sin sentido y después los volviésemos a enredar. Arregla eso... ¿es imposible? No, ¿es fácil? Ni mucho menos, ¿hay que intentarlo? Por supuesto.
Habrá que irlo desenredando poco a poco.
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